Fue durante mi segundo viaje a Khajuraho, en invierno de 2014, cuando decidí comenzar un estudio sobre el amor. Este largo proyecto significaba una interrupción de mis cuitas pasadas en torno a nuestro tiempo histórico. Una especie de liberación espiritual. Al mismo tiempo, continuaba la recuperación del pensamiento ibérico en una de sus expresiones más sublimes, la obra de Leone Ebreo, cuya centralidad ya había puesto de manifiesto en El continente vacío.
El Ensayo sobre el amor parte de una experiencia simple: la historia del amor, la configuración cultural del erotismo y la sexualidad humana, se articula y se funde con el núcleo espiritual de las religiones. Y no solo se confunde con ellas. La propia experiencia del amor humano comprende las mismas emociones relacionadas con los símbolos y los cultos religiosos y mistéricos. Además, comprendí que, tanto en los himnos sumerios a la diosa Inanna, como en el mito del Edén de la Torah, la constitución sagrada de un orden cosmológico y político está lógica y emocionalmente vinculado a las figuras históricas del amor humano.
Relato de un viaje imaginario. Viaje iniciático en un sentido reverso. Su lugar de partida es el “Amor en Occidente” y sus principios constituyentes: la culpa, la obediencia, el servicio y la muerte. De ahí emprende una genealogía de los orígenes remotos de la poesía y la mitología de Eros o Kama, que recorre la cabala, los misterios hindúes, el budismo y el sufismo, y no en último lugar, los ritos amorosos presididos por la diosa Afrodita, la sibila Diotima en el Symposion de Platón y los himnos sumerios a la diosa Inanna. Ensayo sobre el amor recorre un epos y un logos eróticos.